jueves, 29 de octubre de 2015

¿De dónde viene la "cámara húngara"?

Gracias a una muy completa investigación realizada por Arturo Ortega Morán y publicada en su blog "Cápsulas de lengua" (https://capsuladelengua.wordpress.com/), el cual recomiendo ampliamente, hoy tenemos una respuesta. Sin embargo, como lo hizo el autor en cuestión, primero descartemos algunas teorías:

1. No proviene de la famosa "Batalla de Berna" protagonizada por Brasil y Hungría en el Mundial de Futbol de Suiza en 1954.
https://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_Berna

2. Tampoco la inventó Fernando Luengas. Es más, su uso en el deporte ni siquiera es de origen mexicano.

Más bien tiene su origen en ciertos eventos violentos que se registraron en la Cámara Húngara de Diputados entre los siglos XIX y XX.

René Molina.

Gracias por leer y que Dios te bendiga.

Batalla de Berna

martes, 20 de octubre de 2015

Volver al presente...

Hace ya 30 años que la trilogía basada en los viajes en el tiempo vio la luz por primera vez. Dirigida por Robert Zemeckis, Volver al Futuro dejó una marca en toda la generación ochentera que fantaseaba acerca de cómo sería el mundo con la llegada del nuevo milenio.
Dichas fantasías provenían, en su mayoría, de lo que en aquella época podía verse en los diferentes medios de entretenimiento (sobra decir que la Internet aún no existía... bueno, ya lo dije de todos modos), como la televisión y el cine. Todos nos emocionábamos con naves espaciales, pistolas láser, teletransportación y toda clase de artefactos con una tecnología que sólo podía existir en aquellos mundos.
Las aventuras de Marty McFly y del Doc Brown vinieron a darnos una perspectiva muy interesante de las implicaciones del llamado "Efecto mariposa". Con tres guiones magníficamente escritos y detalles perfectamente bien cuidados, Bob Gale y el mismo Zemeckis dieron vida a una historia que, a la fecha, nos pone a pensar en aquellas cosas de nuestro pasado que quisiéramos cambiar, para después viajar al futuro en nuestro DeLorean y ver los resultados.
Especialmente quisiera poner bajo los reflectores la segunda parte, ya que precisamente hoy, 21 de octubre de 2015, es el día al que viajan los protagonistas desde 1985, encontrándose con una Hill Valley totalmente inmersa en la automatización, imágenes en 3D y cafeterías ochenteras atendidas por versiones virtuales de Michael Jackson, entre otros.


Es más, mucha gente se ha dado a la tarea de averiguar qué tan acertadas son las predicciones que la cinta hizo en su momento, es decir, en 1989. Aquí algunas de ellas:

- La presencia de cámaras de todo tipo en todos lados.
- Más influencia asiática en los Estados Unidos.
- Pantallas planas montadas en las paredes.
- La posibilidad de ver varios canales de televisión a la vez.
- Sistemas de chat en video.
- Uso creciente de cirugías plásticas.
- Pantallas de visualización montadas en la cabeza.

Por otro lado, pueden verse muchas otras cosas que siguen sin existir (nótese que no las descarto), como la famosa "Tabla flotante" (Hover Board), que fue el objeto de una campaña reciente en donde varios famosos (incluyendo a Christopher Lloyd) hicieron una demostración en la que podía verse uno de estos objetos en funcionamiento. Lastimosamente, después se confirmó que era sólo una broma.

Los coches voladores también son una constante en el filme, y al respecto el mismo Bob Gale comentó en el documental "Tales from the future: Time Flies": "Sabíamos que no íbamos a tener coches voladores para el año 2015, pero, ¡Dios!, teníamos que tenerlos en nuestra película".

Otros objetos que muchos desearíamos tener son los tenis que se abrochan solos, la ropa con sistema de secado automático y el hidratador de comida, por mencionar sólo algunos.

Tal vez la más famosa de las predicciones que esta extraordinaria secuela nos presentó está relacionada con el beisbol: los Cachorros de Chicago ganan la Serie Mundial del año 2015, lo cual está en vías de hacerse realidad. Esta especie de chiste no fue incluido como un detalle aleatorio, sino debido a la larga racha sin ser campeones (desde 1908) o de llegar siquiera a la Serie Mundial (desde 1945) del equipo oriundo de la ciudad de los vientos.

Finalmente, aquí algunos datos curiosos:

- Claudia Wells, quien interpretara el papel de Jennifer Parker en la primera parte, no pudo seguir en la segunda debido a que su mamá se enfermó gravemente. La reemplazó Elisabeth Shue, con lo que la escena en la que Marty abre la cochera y descubre su flamante camioneta tuvo que ser filmada de nuevo.

- Crispin Glover (George McFly) no pudo llegar a un acuerdo con los productores, por lo que también fue reemplazado en la secuela por Jeffrey Weissman, con quien tuvieron que hacerse varios trucos visuales (como ponerlo de cabeza, por ejemplo) con la intención de que no se notara mucho la ausencia de Glover. Esto derivó en una demanda por el uso no autorizado de su imagen, la cual ganó.

- Poco antes de que fuera estrenada la segunda parte, ya se tenía suficiente pietaje de la tercera como para armar un tráiler, así que éste se incluyó al final para asegurarles a los fans que vendría una tercera entrega.

- La segunda parte recaudó más de 131 millones de dólares a nivel mundial, y fue la tercera película más taquillera de 1989 (por debajo de "Indiana Jones and The Last Crusade" de Steven Spielberg y "Batman", de Tim Burton).

- Originalmente no se tenía la intención de hacer una secuela. Zemeckis dijo que la haría sólo si Michael J. Fox y Christopher Lloyd aceptaban estar en ella... y así fue.

- Al empezar a escribir el guión de la segunda parte, Gale y Zemeckis se arrepintieron de haber puesto a Jennifer en el DeLorean al final de la primera, ya que tenían que hacer una historia que la incluyera.

- Gale escribió la mayor parte del guión, ya que Zemeckis estaba haciendo "Who framed Roger Rabbit".


Dicen que no hay plazo que no se cumpla, y hoy lo estamos comprobando. A treinta años del estreno de la primera parte, a veintiséis de la segunda y a veinticinco de la tercera, podemos decir que la trilogía de "Volver al Futuro" ha envejecido dignamente y siempre es grato volver a disfrutarla tanto en idioma original como en su versión doblada al español, razón por la cual hoy "volveré al presente" en una función nocturna especial.

Gracias por leer y que Dios te bendiga.

René Molina.


Nota: La mayoría de los datos y las imágenes fueron tomados de Wikipedia.

jueves, 8 de octubre de 2015

Del arte perdido de escribir a mano

El tomar un lápiz o una pluma para escribir una carta, mensaje, memorándum o cualquier clase de comunicación escrita es una práctica que ha entrado en gran desuso. En estos días nuestras mejores armas son nuestro dedo índice, ya sea sobre la pantalla táctil de algún dispositivo o haciendo clic sobre los botones de un mouse, o todos nuestros dígitos martillando sobre un teclado; el caso es que aquella vieja costumbre de escribir con la mano hasta que ésta se entumiera se está perdiendo en muchos ámbitos de la vida.
 
Tal vez la escuela esté todavía a salvo, ya que los estudiantes aún toman apuntes "a la antigua", aunque es cierto también que el uso de laptops o tablets es cada vez más común. Entramos por tales motivos en un debate similar al de los medios impresos contra los digitales (llámense libros, periódicos y/o revistas), en donde cada cual, según su preferencia, defenderá o condenará tal o cual plataforma. Sin embargo, debemos reconocer que ambas tienen sus virtudes.
 
Concentrémonos en la escritura a mano y, concretamente, en la escritura de cartas. No sé si hoy en día los jóvenes (es decir, más jóvenes que yo) aún acostumbren sentarse frente a una hoja arrancada de su cuaderno Scribe de cuadro chico para plasmar unas líneas dedicadas a esa persona que les gusta del salón, haciendo un gran esfuerzo por usar su mejor letra e intentando hacer perfectos y simétricos dobleces en la hoja una vez que la misiva ha sido terminada. Se trata de todo un protocolo, sobre todo si eres (o eras) de aquellos que gustaban de hacer alarde de sus habilidades para el origami en la presentación de sus cartas. Recuerdo que me tocó ver varias que ni ganas me daban de abrir con tal de no descomponer su intrincada estructura. Mención aparte merecen aquellas que no estaban escritas de forma convencional, es decir, de izquierda a derecha y de arriba a abajo; las había en espirales, siguiendo el contorno de la hoja y hasta con tintes caligráficos; otras incluso contenían pistas para el lector, las cuales se debían seguir al dedillo para poder entender el mensaje completo.
 
Ignoro igualmente qué tantas personas de cualquier edad siguen carteándose, en un acto aferrado por conservar esa cosquilla que provoca romper el sobre, sacar el contenido y desdoblarlo para darle lectura; ojo, no estoy hablando de correspondencia bancaria, la cual en muchas ocasiones ni siquiera nos molestamos en abrir. No, me refiero a esa carta del amigo que se fue a vivir a otro país, de esa prima que hace mucho no vemos, de esa persona que dejó algo de sí en el trozo de papel que sostenemos con emoción y nos precipitamos a abrir. Precisamente las instituciones bancarias y de servicios han mantenido vivo el correo postal, entendiéndose que ahora es muchísimo más fácil, rápido y barato hacer contacto con la gente de maneras menos rudimentarias; más la verdad es que a veces se extraña ese momento en el que uno tenía que ensalivar el timbre, pegarlo e introducir el sobre en un buzón. ¡Los buzones! Ésos también son artefactos que parecen pertenecer a una cultura antigua en la que no existían ni Uber ni Netflix o cosa parecida.
 
El hecho es que, aún con los avances tecnológicos y la penosa omisión de las reglas ortográficas justificada por el hecho de que "nada más es un mensaje, no es un documento importante", la actividad manuscrita lleva consigo múltiples satisfacciones y el impacto que causa en el destinatario tiene un encanto que difícilmente puede transmitirse a través de Whatsapp o un mensaje privado de Facebook. No dejemos que todo el material escrito que produzcamos se limite a medios electrónicos (como el que ahora estoy usando, porque uno también tiene que adaptarse a los cambios) y se pierda en el olvido como está ocurriendo con el correo postal; no sea que, en unos cuantos cientos o miles de años, la gente que estudie nuestra civilización se encuentre la carta que Juan le escribió a Yatziri en segundo de secundaria, ésa en la que le confesaba que era la chica más hermosa que jamás hubiera visto y le pedía que fuera su novia, y que firmó con un corazón atravesado por una flecha y con las iniciales "Y y J" en su interior, y lo vean como algo arcaico y misterioso que nada tenga que ver con las formas de comunicación de la época.
 
Gracias por leer y que Dios te bendiga.
 
René Molina.