jueves, 15 de septiembre de 2011

Este 15 de Septiembre...

Vivan los Mexicanos que sí trabajan.
Vivan los que a pesar de los pesares mantienen un semblante amable y en ocasiones hasta se mofan de la adversidad.
Vivan los que en lugar de pasarse el día grillando y quejándose del mal gobierno y de la falsa sociedad, se esfuerzan por ser mejores, buscan y aprovechan oportunidades y tienen iniciativa y voluntad.
Vivan los que de verdad educan a sus hijos y se preocupan por ayudarlos a ser ciudadanos conscientes y responsables.
Vivan aquellos que al pasear a su perro levantan sus desechos y los depositan en el lugar adecuado.
Vivan los que respetan los semáforos y ceden el paso a los peatones. Así mismo, vivan los peatones que respetan los semáforos y usan los puentes peatonales (aunque sean tal vez más peligrosos que cruzar por abajo)
Vivan los policías que no muerden (todavía soy de los optimistas que creen que sí existen)
Vivan los choferes de microbús/metrobús que son amables y atentos con los pasajeros (otro de mis destellos de optimismo)
Vivan los comerciantes/vendedores que al ver que por error alguien les paga de más, tienen la decencia de decirlo y de devolver el dinero. También vivan los clientes que devuelven el dinero cuando la situación sucede a la inversa.
Vivan los que no pegan chicles debajo de sillas, bancas y demás muebles u otras superficies, y que los tiran a la basura y no los escupen en la calle. (Sólo está permitido pegarlos en el árbol de los chicles de Coyoacán)
Vivan los que leen literatura y se interesan en aprender de ella, no sólo los nuevos chistes de Ninel Conde o los chismes de las mal llamadas "celebridades".
Vivan los que dicen lo que realmente piensan y lo defienden a capa y espada.
Vivan también los que saben escuchar.
Vivan los hombres que ceden su asiento a las damas, y vivan todos aquellos que ceden el suyo a ancianos y mujeres embarazadas.
Vivan los que no usan el claxon todo el tiempo, especialmente después de un nanosegundo de que la luz del semáforo ha cambiado a verde.
Vivan los que no tranzan y que aún viviendo en condiciones de pobreza son honestos y se ganan la vida dignamente.
Vivan los que no discriminan.
Vivan los que no escupen en la calle y no tiran basura por la ventana de su coche/casa/transporte público.
Vivan los que no improvisan tiraderos de basura en cualquier esquina.
Vivan los que se preocupan por llegar a tiempo a sus compromisos, y que lo hacen.
Vivan los que siempre se tapan la boca al toser y/o estornudar.
Vivan los que cuando beben no manejan y viceversa.
Vivan los que nunca hablan por teléfono sin manos libres cuando manejan.
Vivan los que siempre usan el cinturón de seguridad y le piden hacer lo propio al copiloto y demás ocupantes (especialmente si son menores).
Vivan los que cuando organizan una fiesta en un parque público o algún lugar similar se toman el tiempo para dejar todo limpio.
Vivan los que no se roban cosas de los hoteles cuando viajan.
Vivan los que no se roban cosas de la oficina y así van armando su pequeña papelería casera.
Vivan aquellos que aunque la política, el gobierno y la democracia les importen un cacahuate, se toman la molestia de ir a votar o a anular su voto cada vez que hay elecciones.
Vivan aquellos hombres que no maltratan a las mujeres ni física ni verbalmente, o viceversa (se han dado casos).
Vivan los que consumen y promueven productos hechos en México, y que no los descalifican sin conocerlos y de manera automática sólo por ser Mexicanos.
Vivan los que se informan y se forman un criterio antes de expresar sus opiniones.
Vivan los que le son fieles y leales a sus parejas, aunque dicha práctica parezca obsoleta en estos días.
Vivan los que apoyan buenas causas.
Vivan los que no se estacionan en lugares para discapacitados, entrada o rampas.
Vivan los que le jalan al escusado cada vez que lo usan (es cierto que hay que ahorrar agua, pero es anti-higiénico no jalarle)
Vivan los hombres que levantan tanto la tapa como el asiento del escusado al orinar, y que después los regresan a su posición original.

En general, vivan aquellos que todavía creen que México puede ser un país mejor, y que además ponen su granito de arena haciendo o no haciendo lo arriba mencionado. Este es el México que sí es digno de festejar, más allá de los goles del Chicharito o del Campeonato Sub-17.

Yo sí tengo la idea de que si todos jalamos parejo, podemos mejorar las cosas, y no con discursos proselitistas baratos y promesas de campaña política, sino con trabajo real.

¡Viva México!